sábado, 2 de marzo de 2013

Futuras Mamás: ¿Parto Natural o Cesárea?

Si hasta hace unos años tener a nuestro bebé mediante la técnica de la cesárea era casi una desgracia para muchas mujeres, ya que suponía que algo había ido mal al intentar tenerlo de manera natural, en la actualidad se ha convertido en una técnica recurrida por cientos de mujeres de manera voluntaria al iniciar el seguimiento de su embarazo o decidiéndolo en el mismo momento del parto, y es que cada técnica, ya sea parto natural o por cesárea tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
Aparentemente la cesárea puede ser un buen método debido a que su principal ventaja es que tanto la madre como el bebé sufren menos durante el parto que en uno de manera natural. En el caso de la madre no deberá sufrir los dolores típicos de dilatación en el parto ni los dolores del parto mientras que por parte del bebé cuando nace por cesárea no deberá hacer ningún esfuerzo en salir por la vagina de su madre con todo lo que ello conlleva.
Aún así, a pesar de esta enorme ventaja, la cesárea tiene algunos inconvenientes. No olvidemos  que se trata de una intervención quirúrgica y que como tal supone unos riesgos extras al parto. Se debe abrir el abdomen y sacar al bebé por la apertura realizada.
Esto supone la tenencia de puntos durante un largo período de tiempo, algo que dificulta la recuperación de la madre, mientras que en el parto natural casi nunca es necesario poner puntos y si fuese necesario suelen ser un par de puntos que suelen causar menos molestias que los que se realizan en la cesárea.
Sin embargo, hay casos en los que se recomienda no forzar el parto natural y realizar directamente la cesárea para evitar males innecesarios. Es el caso que se da por ejemplo cuando el bebé viene sentado o de nalgas, una posición en la que le es muy difícil nacer bajo el parto natural.



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