lunes, 17 de febrero de 2014

Permitido o prohibido en el embarazo

Fármacos, radiografías, enfermedades infecciosas… Las futuras mamás tienen muchas dudas y temores sobre estos temas. Vamos a intentar resolverlas. 
 
​Son muchas las futuras mamás que preguntan al médico que sigue su embarazo a diario: “Me he tomado una pastilla para el dolor de cabeza y no sabía que estaba embarazada. ¿Qué puede pasar?”; o “He tenido fiebre alta, ¿le habrá pasado algo al bebé?”; o bien, “Me tienen que sacar una muela, ¿me pueden poner anestesia aunque esté embarazada?”.

Sin embargo, todavía son más las dudas que las futuras mamás dejan de preguntar, y que se amplifican hasta generar ansiedad y temor. En realidad, se difunden muchos datos inexactos, alarmistas y, con frecuencia, totalmente infundados sobre los peligros en el e​mbarazo. La embarazada que considera que se encuentra en una situación de riesgo, no debe hacer caso a lo que digan otras personas, sino dirigirse directamente a un profesional cualificado. En la mayoría de los casos, los temores de las futuras mamás son infundados, y se han originado a partir de información errónea o distorsionada.



Enfermedades infecciosas en el embarazo

Las más peligrosas son la rubéola y el citomegalovirus. La primera puede prevenirse en la etapa preconcepcional a través de la vacunación. En cambio, para el citomegalovirus no existe vacuna. En general, la peligrosidad de una enfermedad infecciosa contraída en el embarazo depende de la época del embarazo en la que la mujer enferma. No siempre la infección se transmite al feto. Con los exámenes pertinentes, se puede diagnosticar la transmisión producida y valorar las consecuencias. El segundo lugar es para las dudas relacionadas con los fármacos. Los que más miedo provocan son los antiinflamatorios no esteroideos, como la aspirina, que pueden provocar labio leporino si se consumen en el primer trimestre, posibilidad que se diagnostica mediante ecografía. Si se toman en el tercer trimestre, pueden obstaculizar el cierre del conducto de Botallo, un conducto cardiaco fetal que se cierra de forma espontánea poco después del nacimiento. El defecto se puede corregir por vía quirúrgica. Por lo que respecta a los antibióticos, existen algunos de bajo riesgo que se pueden tomar en el embarazo, como las cefalosporinas. Los antidepresivos más seguros son los de antigua generación.


Radiografías y anestesia local

En caso de pequeñas intervenciones quirúrgicas, la anestesia local no está contraindicada, siempre y cuando el anestesista prescinda de la adrenalina y la prilocaína. Ambas sustancias tienen efectos vasoconstrictores y pueden obstaculizar la cantidad de sangre que llega al feto. Por último, son muchas las futuras mamás que piden información sobre la utilidad de las pruebas diagnósticas prenatales. Qué defectos diagnostican la ecografía o la amniocentesis y en qué casos recurrir a pruebas más exhaustivas.Las radiaciones ionizantes, como los rayos X utilizados para las radiografías, son mutágenos, es decir, pueden provocar mutaciones genéticas teratógenas (que pueden provocar malformaciones). Por esta razón, están contraindicadas en el embarazo. No deben programarse exámenes radiográficos de rutina, como la mamografía, pero si se producen unas circunstancias que requieren hacer una placa sin esperar al término del embarazo, se puede efectuar. Como en el caso de los fármacos, la peligrosidad de las radiaciones ionizantes depende de la cantidad absorbida. El umbral de riesgo para el feto equivale a 50.000 radiografías dentales, 71.429 placas de tórax, 250 mamografías y 100 TAC del cráneo. Las ecografías son totalmente inocuas, ya que no emplean radiaciones ionizantes, sino ultrasonidos. Cuando se recomienda limitar el recurso a las ecografías en el embarazo, no se hace por los posible daños a la salud del bebé, sino para evitar el malgasto de recursos y la medicalización de embarazos que transcurren sin problemas. También son inocuas las radiaciones emitidas por los teléfonos móviles. No son radiaciones ionizantes, por lo que carecen de efectos teratógenos. La Organización Mundial de la Salud no señala ningún riesgo relacionado con el uso del móvil en el embarazo.


Fármacos: los adecuados, sin miedo

Durante el embarazo, no se debe tomar ningún medicamento sin haber consultado al médico antes, ni siquiera los que se adquieren sin receta médica o los que se consideran inocuos normalmente. La automedicación está prohibida, pero esto no significa que todos los medicamentos sean peligrosos. El posible perjuicio también depende de la cantidad de fármaco y de la época del embarazo en la que se toma. Es especialista es quien debe valorar en cada caso las ventajas y los inconvenientes de la administración de un medicamento, teniendo en cuenta las condiciones de salud de la paciente y calibrando las cantidades, con el fin de reducir los riesgos al mínimo. Las mujeres que sufren patologías crónicas deben dirigirse a su médico antes de la concepción, para adaptar la elección de los fármacos y las cantidades a su nueva condición. Precisamente, durante la preconcepción, es oportuno informarse sobre los posibles factores de riesgo y sobre las precauciones que hay que tomar, y evitar, así, el miedo y las dudas. Asimismo, no hay que olvidar que el consumo esporádico de un fármaco contraindicado en el embarazo raramente perjudica al feto, sobre todo, si se produce en las primeras semanas de embarazo, cuando la futura mamá todavía no sabe que espera un bebé. En los primeros 40 días después de la concepción, vale la regla del “todo o nada”, es decir, un acontecimiento peligroso, como el consumo de un fármaco contraindicado, provoca la interrupción del embarazo o no tiene ninguna repercusión. Por lo tanto, si se produce un acontecimiento de este tipo en las primeras semanas de gestación y el embarazo sigue adelante, no hay que temer consecuencias negativas para el feto.


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